Estamos orgullosos del ambiente oscuro y siniestro del Diablo original y de lo adictiva que es la experiencia de obtención de objetos. Diablo II añadió más variedad de entornos y monstruos, unas clases más diversas y varios elementos únicos que con el tiempo se convirtieron en características emblemáticas de la saga como las gemas, las runas, los conjuntos, etc.
Ambos juegos cuentan con los elementos distintivos de la serie: niveles generados aleatoriamente, masacre despiadada de monstruos y acontecimientos en un mundo siempre cambiante, búsquedas únicas, montones de objetos y una historia épica sobre el cielo, el infierno, y los indefensos y heroicos humanos que se ven atrapados entre ambos mundos.
Diablo III es el heredero de este legado. Hemos añadido aún más elementos al juego para expandir nuestra visión del mundo de Santuario.
En Diablo III las runa de habilidad te ofrecen un control sin precedentes sobre tus poderes y habilidades: pueden cambiar la categoría de daño elemental, la precisión o el área de efecto; añadir efectos debilitadores como ralentizaciones o aturdimientos; o incluso alterar la naturaleza y el aspecto de tus habilidades.
A veces hasta los héroes necesitan que les echen una mano. Los seguidores, campeones lo bastante valientes como para unirse a ti en tu combate contra los Infiernos Abrasadores, se parecen a los mercenarios de Diablo II en el sentido de que puedes equiparlos con las armas y armaduras adecuadas, pero también los puedes mejorar con sus propias habilidades. De esta manera puedes personalizar su forma de luchar y los beneficios pasivos que aportan. Además, cada uno tiene una personalidad propia totalmente desarrollada.
Según vayas conociendo y ayudando a gente a lo largo de tu viaje por Santuario, algunos de los artesanos más hábiles del mundo se ofrecerán a viajar contigo. Estos artesanos pueden utilizar los materiales que encuentres por ahí o que obtengas del reciclado de objetos que no necesitas para elaborar armaduras personalizadas o combinar gemas y desbloquear sus poderes.
Si inviertes tiempo y dinero en la instrucción de un artesano y le proporcionas buenos materiales, verás que no dejará de aumentar la calidad de los objetos que elabora, mejora o combina.
Para acelerar aún más el ritmo frenético de Diablo, hemos introducido algunos cambios en los sistemas de "gestión" del inventario y de los personajes de Diablo III; de este modo, podrás pasar más tiempo utilizando tus nuevos poderes para matar enemigos y obtener botín. En lugar de acumular puntos de habilidad sin gastarlos mientras esperas a ganar niveles para conseguir la especialización ideal, en Diablo III podrás cambiar tus habilidades en todo momento para experimentar con nuevas posibilidades. Puedes compartir objetos con todos tus personajes, solo tienes que ponerlos en el alijo. También puedes identificar objetos desconocidos o teletransportarte de vuelta a la ciudad sin necesidad de apoderarse de pergaminos o libros.
El combate de Diablo III sigue el modelo establecido de atacar a tus enemigos aullantes y voraces, y ver la carnicería, pero es más profundo y más complejo. La multitud de habilidades defensivas que tiene cada clase aportan más opciones tácticas, los tiempos de reutilización de las pociones garantizan que la selección cuidadosa de objetivos y el control del campo de batalla sean tan importantes como los objetos que llevas y la presencia de esferas de salud hace que la movilidad pueda marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Diablo III añade nuevas opciones de control a la clásica barra de acción de Diablo II para que utilizar tus habilidades en combate sea más rápido que nunca.
En Diablo III hay siete clases; cinco de ellas (el bárbaro, el médico brujo, el cazador de demonios, el mago y el monje) son veteranas en la guerra por Santuario. El cruzado se une a sus filas en la expansión Reaper of Souls, y el nigromante, en el pack Despertar del Nigromante, lo que ofrece muchas y destructivas posibilidades de aniquilar a tus enemigos. Cada clase tiene un sistema de recursos único y un estilo de juego acorde con el personaje.
Diablo III cuenta con más monstruos nuevos y distintos que Diablo I y II, con sus propias habilidades especiales y destructivas, algunas nuevos y otras ya conocidas. La variedad de objetos aleatorios de Diablo III se parecen a la de anteriores entregas (con la excepción de que hemos añadido objetos legendarios), pero hemos creado miles de combinaciones nuevas, muchas de las cuales disfrutan de habilidades nuevas y propiedades nunca vistas.
Los nuevos tipos de equipo y armamento, como las ballestas de una mano del cazador de demonios o los mojos del médico brujo, también aportan personalidad a cada clase.
Los anteriores juegos de Diablo cuentan con una larga historia de luchas entre jugadores. Para Diablo III hemos querido crear un espacio de juego formal en el que los héroes puedan poner a prueba su coraje, por lo que hemos decidido combinar el sistema clásico de duelos de Diablo con los de la Capilla Abrasada, una zona especialmente concebida para entablar combates brutales, tredidantes y de libre acceso.
Los modos de dificultad avanzada de Diablo III añaden opciones de progreso que no se encuentran en el modo Normal del juego. A medida que vayas superando obstáculos y subiendo de nivel, descubrirás conjuntos de armadura cada vez más poderosos e imponentes, objetos únicos y potentes, runas de nivel superior y recetas o mejoras exclusivas para los artesanos. Los monstruos también se vuelven más peligrosos con cada nuevo nivel de dificultad.
Cambia el modo de dificultad del juego para ajustarlo a tu nivel de desafío y multiplicar los recompensas que obtengas de los enemigos aniquilados.
Podrás conseguir logros y mostrarlos gracias a tu estandarte de batalla, una bandera personalizable que representará tus logros conseguidos en Diablo III. Ten por seguro que novedades como los niveles de leyenda que te permitirán asumir objetivos únicos y acumular más gloria en el mundo de Santuario.
Diablo siempre ha sido una versión sombría de un tema clásico, la batalla entre el bien y el mal, ambientada en un mundo habitado por personas vulnerables que de alguna manera han sobrevivido al caos y el horror. En Diablo III la historia alcanzará cotas (y simas) nunca vistas por zonas de Santuario que hasta ahora solo conocíamos de oídas.
Sed todos bienvenidos al universo Diablo.