Se que te conté buena parte de esa historia la última vez que hablamos, pero no mencioné a Li-Ming pues era Isendra quien me preocupaba. Sin duda aceptas que mis actos fueron apropiados, pero no soy un monstruo. Como siempre, ante tal situación, sentí una gran tristeza al no poder hacer lo que Li-Ming deseaba y ayudar a la gente de Lut Bahadur. Era una discusión común, una que teníamos con frecuencia. Simpatizaba con ella más de lo que creía.

Fue poco después cuando tú y yo nos reunimos por primera vez. Me preocupaba lo que Isendra pudiera hacer. Mi corazón me aseguraba que el asunto no había concluído del todo.

Sospecho que sabes lo que ocurrió después, detalles que yo no. Esto fue, creo, cuando Li-Ming comenzó a inclinarse hacia la decisión que nos conduciría a este desastre.

Luciérnaga

Arcanista

Descargar en PDF