El mundo de Santuario nunca es el mismo dos veces. Esto se debe a que enormes porciones de los escenarios del juego, aparte de los puntos importantes como los pueblos, ciudades y otros lugares de interés, están situadas al azar. Como piezas de un puzle, encajan para formar laberintos, mazmorras y extensas regiones salvajes que son diferentes cada vez que empiezas a jugar.
Cada vez que empieces una nueva partida de Diablo III o cargues un personaje preexistente, tu mundo cambiará. Monstruos nuevos y diferentes habrán surgido de entre los bosques, y arcones del tesoro aparecerán en sitios nuevos, llenos de contenidos novedosos. Es más, hasta la composición física de las áreas que no hayas explorado por completo cambiará; la posición de cuevas y árboles variará de lugar, y la senda conocida que tomaste antes podría haber desaparecido, o podría adentrarse en un nido de bestias peligrosas. ¡Incluso los objetivos de las búsquedas pueden cambiar!
Por suerte, tendrás cierta estabilidad a la que agarrarte. Los pocos espacios seguros de Diablo III –campamentos y ciudades– estarán exactamente donde los viste por última vez. Aquí te encontrarás con vendedores que te ofrecerán objetos y repararán tu equipo. También es donde se reunirán tus seguidores y PNJ claves: selecciona sobre cualquiera de ellos para iniciar un diálogo, pedirles consejo o simplemente conocer su historia.
En las ciudades, también verás emblemas mágicos grabados en el suelo, y encontrarás emblemas idénticos en otros lugares del mundo. Son transportadores, círculos arcanos de teletransporte que puedes usar para moverte entre distintas áreas. Cuando descubras un transportador en el modo Campaña, podrás viajar a otro transportador de esa área que ya hayas desbloqueado. En el modo Aventura, comenzarás el juego con todos los transportadores ya desbloqueados.
Seleccionar un transportador abre el mapa de transportadores, que muestra los que ya has descubierto. En el modo Campaña, el transportador más cercano a tu objetivo de búsqueda más actual se iluminará: cuando quieras avanzar en la historia, dirígete allí.
Las búsquedas son la historia de Diablo III y tu batalla contra los Infiernos Abrasadores.
Podrás ver una descripción completa de cualquier búsqueda que te hayan ofrecido, incluido tu objetivo y dónde debes ir para encontrarlo, en tu diario (en PC usa la tecla "J"; en consolas utiliza BACK o SELECT y luego entra en la sección "Búsquedas"). Tu diario también guarda un registro de tu viaje: un bestiario de los enemigos que has encontrado, una colección de los tomos de sabiduría que has leído, y similares.
Muchas búsquedas garantizan recompensas: oro, experiencia y a veces objetos. Algunas búsquedas tienen objetivos adicionales, tareas que no necesitas llevar a cabo para completar la búsqueda, pero que te darán beneficios significativos si las realizas, como experiencia adicional u oro.
Normalmente, recibirás las búsquedas de tus aliados más cercanos – personas que viajan contigo y dependen de tu liderazgo y combate. Pero a veces descubrirás que el propio mundo te presenta una senda que recorrer, un enemigo que matar u otras... oportunidades.
Para repetir el modo historia del juego, usa la función de reinicio de misiones del menú Ajustes de partida (PC). Empezarás la campaña en el Acto I, y se reiniciará todo tu avance en búsquedas (y transportadores); deberás volver a completar las misiones y desbloquear los transportadores como estuvieras jugando por primera vez. Las misiones que completes tras el reinicio te otorgarán recompensas adicionales.
Si bien los personajes del nivel 1 al 59 recibirán objetos legendarios garantizados de los jefes de cada acto, al usar la función de reinicio de misiones, los personajes de nivel 60 recibirán un objeto legendario garantizado al derrotar al jefe del acto IV, así como los personajes del nivel 61 al 70 al derrotar al jefe del acto V..
En tu recorrido por el mundo de Santuario, también te encontrarás con eventos, pequeñas piezas del juego como búsquedas en miniatura. Cuando inicies un evento, verás el nombre del evento aparecer en la pantalla junto a las condiciones de éxito.
Los eventos son rituales demoníacos, emboscadas enemigas, cuevas llenas de prisioneros hambrientos y cambios aleatorios de la fortuna, que te desafiarán en tu avance por la trama principal de Diablo III. Pueden ofrecer distintas recompensas, presentar enemigos diferentes e incluso cambiar de condiciones cada vez que las juegues. Muchos eventos ofrecen la posibilidad de obtener tesoros adicionales.
En el mundo de Santuario se han avistado varios monstruos guardianes de llaves. Derrota a esas criaturas y obtendrás artefactos que desbloquearán un pasaje hacia un rincón oculto de los Infiernos Abrasadores. Los rumores apuntan a que los campeones más malvados de los Infiernos cooperan en estos pequeños reinos. Al invadir su refugio y alzarte victorioso sobre esas monstruosidades, es probable que puedas recoger los pedazos caídos de sus cuerpos, órganos necróticos que se pueden utilizar para forjar objetos legendarios de poder sin parangón.
Un mal ancestral se agita en las ruinas de la antigua Tristán y un misterioso portal, que lleva a las salas de una reconocible catedral, ha aparecido. Bajo las catacumbas, el Señor Oscuro espera al intrépido aventurero que ose desafiarlo.
Cada mes de enero podréis participar en un homenaje a la historia original de Diablo. Lo hemos recuperado todo, desde viejos enemigos hasta objetos emblemáticos, y lo hemos traído a Diablo III. Aquellos que decidan enfrentarse a tan oscuros recuerdos tendrán la oportunidad de ganar recompensas de transfiguración, logros y muchas más sorpresas. Tal vez hayáis olvidado los peligros que acechan en las profundidades de esta peligrosa mazmorra...
Para participar en este evento, iniciad una partida en el modo Aventura y buscad la Caída de Tristán en el Acto I, cerca del transportador de las Viejas Ruinas. Mientras dure el evento, en el mapa veréis un pentagrama rojo al lado del transportador. Visitad las Viejas Ruinas, donde encontraréis un portal que os llevará a una era distinta. Derrotad al mal que yace bajo la catedral y conseguiréis una gema legendaria única. Pero tened cuidado, ya que el destino no tuvo clemencia con el último aventurero que se atrevió a intentar mantener a raya al Señor del Terror.
Todos los aspectos aleatorios de Diablo III están diseñados para mejorar la experiencia de empezar a jugar de nuevo, pero también significa que tu progreso en el juego se desarrolla de una forma única.
No tienes que guardar manualmente la partida para retomarla donde la dejaste. Tu estado en el juego (incluida la experiencia obtenida, los tesoros adquiridos y las búsquedas completadas) se guardan automáticamente según avances y alcances puntos de control, y se volverán a guardar cuando dejes de jugar y selecciones la opción "Abandonar partida" o "Salir de Diablo III" en el menú de opciones. Es importante salir de esta manera (antes que apagar el PC o la consola) para estar seguro de que tu progreso queda correctamente guardado.
Si has terminado la partida en mitad de una mazmorra o un territorio salvaje, no reaparecerás allí cuando cargues tu personaje, sino que aparecerás en el último punto de control o en el lugar "seguro" más cercano, normalmente una ciudad o campamento. Para volver al lugar de tu última batalla, puedes ir corriendo, siguiendo tus propios pasos, o usar un transportador. Cuando hayas desbloqueado un transportador, podrás volver a esa área en cualquier momento en un abrir y cerrar de ojos, así que son puntos muy importantes para tu progreso en el juego.
Tienes la posibilidad de explorar todo lo que quieras, pero siempre deberías andarte con cuidado y buscar transportadores para moverte de forma eficiente por el mundo del juego.
Cuando entres en un área nueva, verás un mapa incompleto de ese espacio, con zonas en gris. A medida que vayas recorriendo la zona, empezarás a trazar un mapa.
Si no encuentras el camino, puedes abrir el mapa (para PC las teclas "M" o "TAB"; para consolas, el D-PAD pulsado) para hacerte una idea aproximada del terreno que te rodea. Las áreas que aún no hayas explorado estarán cubiertas por una oscuridad impenetrable hasta que pases por ellas, momento en el que se rellenarán y podrás ver los límites de dicha área en mayor detalle. Si ves un círculo latiendo en tu mapa, dirígete hacia él: indica la posición y dirección relativas de tu objetivo de búsqueda más cercano.
En PC, también puedes ver el minimapa, una versión más pequeña y ampliada de este mapa en todo momento en la esquina superior derecha de la pantalla. Este minimapa es útil para una exploración rápida cuando no quieres abrir tu mapa.
Hay muchos, muchos monstruos distintos acechando en Santuario, y todos intentarán matarte de diferentes maneras. Algunos escupen ácido o te lanzan huracanes desde lejos; otros se lanzarán sobre ti para intentar derribarte y destrozarte antes de que puedas reaccionar.
Además de la enorme variedad de monstruos "normales" que recorren la tierra, de vez en cuando también te enfrentarás con monstruos especiales.
Los monstruos campeones tienen nombres marcados en azul. Suelen viajar en grupo y son más poderosos que los monstruos "normales": hacen falta más impactos para matarlos, hacen más daño y tienen habilidades especiales llamadas afijos, como les permiten realizar ciertas acciones como teletransportarse para evitar tus ataques o lanzar rayos cada vez que reciben un impacto.
Los monstruos raros tienen nombres marcado en amarillo. Suelen poseer más vida que los de su especie, tienen un afijo especial y normalmente van acompañados de tres o cuatro de sus esbirros, que son más débiles, pero poseen facultades similares.
Los monstruos únicos tienen nombres marcados en color púrpura. Suelen ser más poderosos que los campeones: tienen más salud, hacen más daño y a menudo tienen varias habilidades.
Tanto los monstruos campeones como los raros o los únicos dan recompensas ajustadas a su mayor dificultad: esferas de salud más grandes con mayor poder de curación, más oro y más (y a menudo mejores) objetos.
En ciertos puntos del juego, te encontrarás ante monstruos jefes verdaderamente aterradores: enemigos enormes o extremadamente peligrosos que ensombrecen al resto. Necesitarás de todas tus habilidades y tu astucia para derrotar a estas monstruosidades. Si logras eliminarlas, conseguirás recompensas muy poderosas.
A continuación se muestra una lista de los afijos (poderes únicos) de monstruos que podrás encontrar en Diablo III. Ten en cuenta que:
No todos los monstruos que vagan por el mundo de Santuario son propensos a la destrucción. Los codiciosos y burlones goblins del tesoro no tienen capacidad intelectual para los conflictos importantes del mundo, y prefieren preocuparse únicamente por las posesiones materiales. Se dice que viajan a Santuario a través de portales que conducen a otro reino conocido como Cámara Acorazada; cuando un goblin es asesinado, esos pasajes pueden persistir. Existen muchos tipos de goblin, pero todos ellos rehúyen el combate. Los goblins no se encuentran en las fallas superiores; sus portales a la Cámara Acorazada solo aparecerán en el modo Aventura (en el mundo, no en las fallas). Sabréis que estáis dentro del alcance de un goblin por su característica mofa y un icono en vuestro mapa que señalará su ubicación.
Estas exasperantes criaturas, que roban y saquean siempre que pueden, huirán al primer indicio de problemas, y sus rebosantes bolsas verterán oro, gemas, objetos y otras mercancías. ¡Si conseguís matar a uno antes de que huya, su botín será vuestro!
En lo que se refiere a amasar gemas, nadie supera a un acaparador de gemas. Ningún lugar es lo bastante peligroso para que no lo registren estos goblins, tanto cavernas infestadas de monstruos como reinos de demonios o avanzadas nephalem fortificadas. Los acaparadores de gemas muertos dejan tras de sí gemas de todo tipo y calidad.
La avaricia, un defecto propio de demonios y nephalem, encuentra su máxima expresión en las carteras de los barones dorados. Si conseguís dar caza a un barón dorado, todas vuestras preocupaciones monetarias desaparecerán.
A los ladrones de sangre solo les preocupa una moneda: las esquirlas de sangre, que algunos consideran fragmentos de la Piedra del Mundo o partes de almas de demonios atrapados. Librad Santuario de un ladrón de sangre y ganaréis suficientes esquirlas para realizar una compra oportuna a los comerciantes menos ortodoxos.
Los materiales de artesano que usan joyeros y herreros se usan para crear valiosas armas, lo que suscita la insaciable curiosidad de los coleccionistas odiosos. En la bolsa de un coleccionista odioso encontraréis grandes cantidades de materiales de artesano, además de recetas desconocidas para ellos.
Los atormentadores malévolos están obsesionados con las reliquias legendarias que tan bien definen el Conflicto Eterno, y harán lo que sea para echarles sus codiciosas garras encima. Con ese fin, se teletransportan para proteger el valioso botín que transportan. Los atormentadores malévolos derrotados sueltan objetos diversos, y al menos uno será un objeto legendario.
Los bribones insufribles, a menudo vistos saboteando el campo de batalla con bolsas repletas de armas afiladas, están equipados con cascos y armaduras de placa y malla que, sin duda, unas criaturas tan pequeñas no han forjado. A pesar de su espurio atuendo, estos goblins han aprendido un par de cosas en el tiempo que llevan en Santuario. Si se ven amenazados, invocan a peones de la Cámara Acorazada, lo que les permite ganar tiempo para abrir un portal y huir.
Si se ven en peligro, los señores gelatinosos procurarán aferrarse a su botín a toda costa; para ello se dividirán en seres gelatinosos más pequeños, que a su vez se dividirán en otros más pequeños al morir. Un solo goblin gelatinoso porta un botín impresionante, pero tendréis que arrancarlo de las manos de todo un ejército.
Los goblins arcoíris, muy raros de ver, parecen pertenecer a un reino muy diferente al de los otros demonios de la misma familia. Tras su muerte, sueltan el botín normal, pero también dejan abierto un portal prismático que conduce, no a la Cámara Acorazada, sino a un fantástico y alegre reino llamado Chupivilla. Quizás incluso veáis un arcoíris.
Al contrario que la mayoría de los goblins, los coleccionistas de mascotas secuestran y coleccionan criaturas, tanto vivas como vivientes. Nunca se sabe los bichos que contendrá la saca de un coleccionista de mascotas, pero podéis estar seguros de que agradecerán ser puestos en libertad y se convertirán en vuestros fieles amigos, dispuestos a acompañaros dondequiera que os lleven vuestras aventuras.
Los aventureros que consigan acabar con un goblin temerario serán testigos de una rara visión como recompensa: un portal viable hacia la Cámara Acorazada, donde se almacenan las vastas riquezas con las que todo tipo de goblins del tesoro se han hecho en sus saqueos. El lugar lo preside Codicia, baronesa del reino del tesoro. ¡Destronadla para conseguir las infinitas riquezas de la Cámara Acorazada!